Good Beer Hunting

“Ebrio como Poeta en Día de Pago” — Como “Los Simpson” Me Enseñaron Sobre Cerveza y Bebida

“Existe una línea en ‘Otelo’ sobre un bebedor. ‘Antes un hombre sensato, poco a poco un loco, en estos momentos una bestia.’ Eso bien lo resume.” Barney Gumble, “A Star Is Burns” (Temporada 6, Episodio 18)

Las tarjetas de agradecimiento de mi cumpleaños en 1996 mostraban una imagen dibujada a mano de Homero Simpson saludando con la mano. Tenía ocho años y ya era un apasionado de “Los Simpson''. Cada Domingo a través de mi infancia, salí de casa de mi abuela a las 7 p.m. para ver el episodio más reciente de vuelta a casa. Los domingos en los que permanecía más allá de las 7 p.m., los veía en su casa, de piernas cruzadas, sentado sobre una fina alfombra. El televisor era con toda seguridad más viejo de lo que era yo, y el audio de Gracie Films, en los créditos finales de producción, se grabó para siempre en mi memoria.

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A medida que fui creciendo, mi relación con “Los Simpson” cambió. Antiguamente, las estaciones afiliadas a Fox transmitían episodios consecutivos. Con 12 años, recuerdo pasar horas seguidas viendo el programa, observado por dos figuras de Barney Gumble en mi habitación.

Una década después, hacer maratón de episodios fue suplantado en gran parte por maratones de cerveza. El programa que me cautivó en la infancia también tuvo un efecto sobre mi vida adulta, e hizo un paralelo con mi creciente relación con el alcohol. Recuerdo jugar el juego de Los Simpson en Arcade en el taproom luego de terminar turnos en la cervecería donde trabajaba, o tropezarme con noches en el extranjero viendo algún episodio grabado en un idioma foráneo.

No es de sorprender que mi vida haya evolucionado en paralelo con el programa. “Los Simpson” se encuentra en su temporada número 32, y es tanto el sitcom americano y serie animada más longeva de la televisión. Incluso ahora, se siente rutinariamente relevante, sea en sus caracterizaciones del núcleo familiar disfuncional o su lectura consistentemente profética de eventos recientes. Es satírica, y políticamente consciente, pero también ampliamente próxima, con la que puedes identificarte.

Pese a toda su precognición y poder de permanencia, “Los Simpson” tiene también sus puntos ciegos y anacronismos. El documental del comediante Hari Kondabolu, “El Problema Con Apu”, por ejemplo, es una crítica notable a la representación del personaje Indio, Apu. Como afirma Neil Affleck, un animador y director de la serie durante 20 años, “El mundo ha evolucionado, pero ‘Los Simpson’ no lo ha hecho.”

Esto podría ser particularmente cierto en la manera en la que describe el consumo de alcohol. Para mi, el programa fue muy formativo en lo que refiere a la cultura del bar. Ya que mi familia no consumía alcohol mientras crecí, Moe’s fue mi primer abrevadero. El pub ficticio fue probablemente mi primera exposición a la cerveza. Y era un cliente regular. Presente cada Domingo. O en algunas ocasiones, cada noche.

NOS VEMOS EN MOE'S

No soy el único profesional de la industria de la cerveza asiduo a “Los Simpson” de niño, que se formó ideas de como funcionaba el consumo de alcohol gracias al ejemplo del programa. Em Sauter de Pints and Panels, una tira cómica sobre educación en cerveza, tenía tanto cariño por el jingle de Gracie Films que el pianista en su boda lo tocó para concluir la recepción. Su pastel de bodas también tenía una referencia a “Los Simpson”.

“La cerveza no fue para nada parte de mi infancia, pero había dos bares en mi ciudad que eran esencialmente como el de Moe's,” comenta Sauter. “Me recordaban a lo que mi mente atravesaba cuando pensaba en Moe’s. Fumar en interiores. Sucio. Realmente un espacio no para niños. Es un respiro para cierto tipo de gente, para bien o mal.” Como Advanced Cicerone, Sauter bromea acerca de que ahora sabe que Moe Szyslak, el hostil bartender y propietario de la Taverna de Moe, definitivamente no limpia sus líneas de servicio. “Es ese tipo de bar,” dice riendo.

Miembros de la comunidad de Springfield, en su mayoría compuesta por hombres, frecuentan Moe’s. Es usado como un escenario recurrente e instrumento de la trama durante los episodios. Ocasionalmente, el espacio es habitado por una serie de invitados, pero la base de clientes raramente cambia de su elenco regular de asistentes. 

“La cerveza en la década de los 90’ era como el lugar de un padre. Moe’s era un lugar para papás,” comenta Sauter. “La cultura de bares en los ’90 [era] un espacio masculino, con marcas corporativas, sin necesidad de ser de calidad, y una actitud ‘acá es donde me escondo de mi familia’.” Un personaje como Duffman—la exagerada mascota corporativa para la marca Duff Beer del programa, que bien podría personificar una forma de masculinidad tóxica bajo la óptica de espectadores contemporáneos—proviene de un momento en el que, Sauter recuerda, “Los comerciales de Super Bowl [mostraban] a un hombre eligiendo una cerveza por encima de su novia.”

Aparte de la falta de diversidad en el lugar, el abuso de alcohol es un tema recurrente en Moe’s. “Beber es un vicio realmente terrible que tienen muchos personajes,” comenta Sauter. “No muestra el consumo de alcohol bajo una luz favorable, y cuando veo Moe’s, es donde puede alcanzarse el vicio. Todos tenemos esos bares en nuestras ciudades. En mi mente, en mi memoria esos lugares eran húmedos y oscuros, pero he aprendido a amar un buen tugurio.”

Por mi parte, también amo un buen tugurio. Pienso en estos lugares como una constante confiable en mi vida—de la misma manera que puedo confiar en reír a carcajadas al ver un viejo episodio de “Los Simpson''. Encuentro confort en esos bares que han pasado un poco desapercibidos y son un poco desaliñados—del tipo que solo acepta efectivo. El tipo de bar que tiene más que un simple parecido a Moe’s.

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Mientras asistía a la universidad estudiando ilustración, Sauter vivía en el piso superior a un bar. Durante su patrocinio, comenta, “Ibas a diario, de manera similar a como Homero iba a Moe’s,” admitiendo que comenzó a sentirse un tanto incómoda al darse cuenta que era una cliente regular, y que el bartender ya conocía su nombre y lo que ordenaría.

“Realmente no se manejan con moderación,” dice Sauter. “No es algo que se discuta en ese programa.”

CANCIONES EN CLAVE DE SPRINGFIELD

Mark Sljukic, un antiguo ejecutivo de cuentas y profesional de la industria, también es un viejo seguidor de “Los Simpson”—del tipo que hacía maratón de temporadas junto a su amigo de la universidad, analizando episodios bajo el lente de su propio sueño de escritor de comedia. Destaca que la centralidad en la cultura de bar de “Los Simpson” no es accidental: Sim Simon, un productor de la serie, fue también productor y escritor de las tres primeras temporadas de “Cheers.” “El episodio, ‘Flaming Moe’s,’ es básicamente un homenaje a  ‘Cheers’, comenta, abordando la importancia del bar como instrumento narrativo. 

Con todos los momentos en la serie que aluden a la camaradería de bar, lo fundamental del bar como espacio social frecuentemente juega en contra. En “The Springfield Files” (Temporada 8, Episodio 10), Homero abusa del alcohol y camina a casa luego de fracasar en una prueba de espirometría, conduciendo a la apertura de una historia más profunda. Frecuentemente, los personajes de la serie beben demasiado y van más allá operando vehículos bajo la influencia del alcohol. El episodio “Duffless” (Temporada 4, Episodio 16) es la culminación de muchos de estos factores, y describe una flagrante publicidad sexista, la indiferencia de la industria sobre las consecuencias a la salud, y termina con Homero recibiendo una infracción por conducir ebrio.

De estas representaciones negativas del alcohol, comenta Sljukic, “La más preocupante es la de manejar bajo los efectos. Existe mucha glorificación al conducir ebrio.” Cómicamente, “Duffless” termina con Homero extendiendo su sobriedad y pasando la noche con Marge Simpson, paseando en bicicleta en el ocaso al ritmo de la canción, “Raindrops Keep Falling on my Head.” Podría ser la primera representación del Octubre sobrio (Sober October) o Enero seco (Dry January)—o al menos un prolongado período de sobriedad—para Homero.

Pero ese momento fue un ejemplo atípico. “Una de las imágenes comunes es la de Marge siendo mortificada por la conducta de Homero cuando está ebrio,” dice Sljukic. “Esa es usualmente la esencia en el episodio. Luego, Homero atraviesa una especie de redención.” El comportamiento de Homero, su tendencia a valorar más a su familia del bar que a su familia real, puede ser visto en muchas instancias. En “Fear of Flying” (Temporada 6, Episodio 11), Marge pregunta a su esposo, “¿Y si pretendieras que este sofá fuese un bar? De esa manera podrías pasar más noche en casa junto a nosotros.” 

Para Sljukic, la conducta de Homero normalizó los hábitos de bebida de muchos adultos en su vida como jóvenes espectadores. “Muchos niños que crecen rodeados de alcoholismo, se ven forzados a madurar rápido. Estos escritores te desarmarán,” dice, notando su habilidad para fusionar lo serio con lo humorístico, como en “A Star Is Burns” (Temporada 6, Episodio 18). En aquel episodio, la introducción sobre el festival de cine de la ciudad es un conmovedor corto en blanco y negro que captura el alcoholismo de Barney—cerrando con el lema, “No lloren por mi, pues ya estoy muerto.” El primer premio para el ganador del festival es un suministro de por vida de Duff Beer. 

“La manera en que estos tipos escribían, la densidad de bromas, sin risas enlatadas …  eran capaces de meter más bromas por minuto que cualquier otro programa de televisión en aquel momento,” comenta Sljukic.

UNIVERSAL STUDIOS, ESPACIOS UNIVERSALES

¿Hasta que punto es la conducta indebida alrededor del alcohol en “Los Simpson” concebida como glorificación, y que tanto concebida como sátira? Es una pregunta complicada, y la forma en la que la comedia negra de la serie es recibida depende del espectador y su fluidez con la parodia.

“Ellos tratan a estos personajes con gran humanidad'', dice Sljukic. “Incluso los alcohólicos. Creo que un sello distintivo de ‘Los Simpson’ es que si bien colocan una gran prioridad en las bromas y la densidad de bromas, tienen la misma prioridad sobre la humanidad. Ciertamente con algunas excepciones. Hay ciertos elementos realmente problemáticos, especialmente que tienen que ver con el racismo y la transfobia.”

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En última instancia, esta tensión llega al corazón del programa, y sus algunas veces complejo legado. “Pienso que una de las grandes características del programa es su habilidad de apuntar el espejo hacia ellos mismos en algunas ocasiones,” comenta Sljukic. “Si, tenemos estos personajes alcohólicos, para poder mostrar en ocasiones nuestro sórdido interior.”

La Dra. J. Nikol Jackson-Beckham, antigua profesora de estudios de la comunicación en Randolph College, concuerda. “Como académica, siempre sentí que ‘Los Simpson’ eran únicos en la manera como entraban al espacio de construcción de significado, y estoy realmente fascinada con la manera como la gente logra esto al crear trabajo creativo'', comenta. “Con una serie animada, todo tiene propósito.”

Cuando pregunté por primera vez a Jackson-Beckham—ahora directora de Crafted For All y directora ejecutiva de Craft x EDU—si podía considerar ser una fuente para esta nota, me envió una foto de ella en la Taverna de Moe en Universal Studios, con una cerveza Duff Beer en mano. Previo a sus vacaciones. había presentado a un panel en una conferencia titulada: “¿Red cristalina ideológica o crítica escopeta?: Examinando la eficacia retórica de la serie’ ‘Itchy & Scratchy Land.’ dentro de Los Simpson”.

“Ellos tienen esta manera de repasar los absurdos de la vida moderna y no las minimizan,” comenta. “Existe una broma dentro del argumento. Pero esa broma puede ser muy oscura. Y hay que tener talento para hacer eso.” Ese talento les ha ganado numerosos reconocimientos a través de los años, incluyendo docenas de Peabodys, Emmys, e incluso algunos premios PRISM del Entertainment Industries Council (EIC), que honran las representaciones precisas del abuso de sustancias y problemas de salud mental en la programación de entretenimiento. 

Jackson-Beckham también se siente intrigada con lo que llama los “términos particulares” de “Los Simpson”. “En la retórica de la comedia de media hora, o tienes una narrativa aspiracional, o vas en la dirección contraria”, comenta. “Difícilmente existen relaciones horizontales. O te encuentras admirando a los Cosby, o juzgando a los Conner. ‘Los Simpson', posee más esa relación horizontal que la mayoría de los programas de las redes de televisión. Están codificados como clase-media de muchas formas. Las personas podrían ver a Barney y afirmar, ‘Sip, ahí hay un potencial desaprovechado, igual que yo,’ y encontrar una extraña camaradería,” comenta.

“Los Simpson” es uno de los numerosos programas infantiles que contiene elementos satíricos y bromas dirigidas al público adulto. Con frecuencia, sobrepasa la línea de ser tal vez demasiado adulto para los niños, o demasiado infantil para adultos. Existen sutilezas en cada episodio que pueden pasar desapercibidas o malinterpretadas, dependiendo del espectador.

“Los Simpson nos sostiene un extraordinario espejo matizado en que reflejarnos, para el formato,” dice Jackson-Beckham. “No conozco ninguna otra serie de comedia familiar que intente sostener ese espejo a la sociedad americana.”

REEXAMINANDO EL ZEITGEIST CULTURAL

“Pienso que la actitud hacia el alcohol sería la misma actitud de ‘Los Simpson’ hacia cualquier otra cosa, que es, ‘No te lo tomes muy en serio, pero toma prisioneros,’” dice el animador titular de la serie y director Neil Affleck. Contacté a Affleck porque fue el director de un episodio muy importante, “Days of Wine and D’oh’ses” (Temporada 11, Episodio 18). En este episodio, el alcohólico más reconocido de la serie, Barney Gumble, se vuelve abstemio. Affleck comenta que tenía un interés especial en la narrativa. 

“Yo era un alcohólico cuando tenía 20 años. Desde la edad de 15 hasta los 22 bebí intensa e imprudentemente. Dejé de hacerlo a los 25, y ahora tengo 65,” dice. Affleck describe a Barney Gumble un borracho, desgraciado, divertido, y estúpido. “El hace parecer a Homero como un individuo juicioso, bien intencionado y reflexivo en comparación.”

¿Pero, como luce Barney sin cerveza? En el episodio, escrito por Dan Castellaneta—la voz tanto de Homero como de Barney—y su esposa Deb Lacusta, Barney ve un video de si mismo actuando deplorablemente y se vuelve abstemio para aprender a volar un helicóptero. Affleck dice que el libreto “le puso los pelos de punta,” y se sorprendió que Lacusta y Castellaneta fuesen capaces de reinventar un personaje que , de muchas maneras, “es un pony de un solo truco.”

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“En la lectura de mesa, le dije a los escritores que esta historia realmente me había impactado. Y mencioné mis problemas con el alcohol siendo un joven y que había dejado de beber cuando tenía 25. No todos me comprendieron. Comentaron, ‘Oh, eso está muy bien. solo haz un buen trabajo. Queremos un buen programa aquí,’” bromea Affleck. No pidió dirigir el episodio por esa conexión, en su lugar, sucedió como una serendipia. “Según se, no podías pedir dirigir episodios en particular. Algunos de los directores más experimentados recibían algunas historias en particular de parte de los escritores, pero no creo que haya sido mi caso. Francamente, pienso que fue una coincidencia. Una casualidad más que cualquier otra cosa.”

Para Affleck, el episodio refleja su experiencia personal y demuestra la profundidad emotiva del programa. “Con lo que me identifiqué, fue que cuando tienes un problema como ese, despiertas al día siguiente sabiendo que tu conducta fue deplorable, te sientes desconcertado y existe un profundo sentido de vergüenza personal en la experiencia. Y créeme, estuve allí muchas veces. Así que me identificaba por completo. Me identificaba con la idea que Barney aprende—que la gente que pensabas eran tus amigos desaparecían cuando intentabas enderezar el vagón. Te das cuenta quienes son tus amigos en momentos como ese.”

En episodios que muestran la abstinencia de Barney, es un ciudadano ejemplar, ya sea entrenando para ser un astronauta (“Deep Space Homer”—Temporada 5, Episodio 15) o un piloto. Aún así, mientras se encuentra sobrio, o enfrentando su problema con el alcohol, durante dos temporadas más, Barney eventualmente renuncia a su nuevo estilo de vida y sucumbe ante el alcoholismo otra vez.

“Realmente pienso que no podían haberlo terminado de una manera distinta a esa,” Affleck reflexiona. “Con él de vuelta a su lugar designado en un rincón del bar, lentamente durmiendose sobre una jarra de cerveza. Porque eso es lo que Barney es. Y no puedes simplemente cambiar el carácter de un personaje así de fácil. Puedes hacerlo durante 20 minutos, mientras en los dos minutos finales el universo vuelva a ser lo que debe ser. Así que fue un cuento de hadas, pero eso está bien.”

LA GUÍA PARA LA VIDA DE BART SIMPSON

Una taza impresa con un motivo de Bart Simpson se posa sobre mi escritorio. Es de 1999 y ya está decolorada por el sol. La uso para guardar bolígrafos. Tomo un sharpie rojo para escribir notas en este artículo. Solía tener mucha parafernalia de Los Simpson al crecer—libros, juguetes, ropa—similar a esos niños que coleccionan ítems de sus universos de superhéroes favoritos. Sin embargo, no pienso que Barney Gumble haya sido uno de mis héroes, tampoco Homero, o Marge, Bart o Lisa, aunque eran recurrentes en mi vida como personajes en un cuento de hadas, como menciona Affleck.

Para el momento que llegué a la universidad y estaba cerca de la edad legal para beber, también me encontraba tomando clases de animación. En aquellos días, principalmente usaba la cerveza para socializar y para potencialmente liberar mi creatividad. Después de un año, me mudé a una universidad estatal más grande, y mis hábitos de bebida también se incrementaron.

Al haber crecido como alguien poco familiar con la bebida, las caracterizaciones de consumo de alcohol en programas como “Los Simpson”—y en películas centradas en universidades, y en los medios en general—no me ayudó a comprender o apreciar la moderación. Pero de la misma manera en la que los videojuegos violentos no conducen a conductas violentas, ver “Los Simpson” de niño, no necesariamente predeterminó mi relación con el alcohol.

No obstante, con el tiempo, debí aprender de la manera más dura sobre encontrar equilibrio en mis hábitos de bebida. Como alguien que ha trabajado en la industria de la cerveza y ha visto el alcance del alcoholismo funcional, decidí participar en mi primer Dry January este año. Para ser honesto, aún estoy aprendiendo. 

Veo “Los Simpson” con menos frecuencia ahora, aunque encuentro confort en saber que aún se transmite, y que puedo cambiar de canal y sin ninguna duda puedo encontrarlo a cualquier hora. De cierto modo, mi relación con la serie es muy similar a mi relación con los tugurios. No siempre voy a estar al acecho de uno, pero saber que están ahí me trae cierta tranquilidad mental.

Textos, Samer KhudairiIllustraciones, Colette Holston Language

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