Good Beer Hunting

Reuniendo a Todos — Como los Primeros Viernes Queer de Temescal se Convirtió en uno de los Eventos más Inclusivos en la Cerveza

“¿Fue ese el evento donde algunos trataban de trepar el cercado para entrar?” 

Cuando Nico Simonian—uno de mis antiguos compañeros de trabajo, y el embajador de educación en cerveza para Temescal Brewing—pregunta, yo respondo honestamente: No lo recuerdo. Cada primer viernes Queer en el que trabajé en la cervecería de Oakland fue agitado, salvaje, casi fuera de control. Mi memoria ha comprimido la serie mensual a un singular coro de risas y música, de gente haciendo amigos, conectando con vecinos, u superando su timidez para bailar con nuevos conocidos. My memory has compressed the monthly series into a singular chorus of laughter and music, of people making friends, connecting with neighbors, and overcoming their shyness to dance with new acquaintances. No hubiese podido analizarlos aún si hubiese querido.

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Temescal se ubica en la vía principal del barrio que lleva su nombre, mientras caminas por Telegraph Avenue, puedes ver a través de las ventanas de la cervecería y ubicar un flash de neón rosa. El edificio donde se encuentra entre una iglesia y un Church’s Chicken, solía ser un antiguo cine. Una gran pantalla ocupaba lo que es hoy la pared trasera del taproom, y los suelos fueron alguna vez gentilmente inclinados. Al caminar hacia la parte trasera, donde hoy kegs y la cámara de frío ocupan su espacio, antes debías flexionar tus rodillas, anticipando el descenso. 

Es Agosto, en las tempranas horas de la noche, y los viajeros diarios intercambian salidas y entradas en la estación BART, sacándose sus abrigos al hacer la transición entre el clima frío de San Francisco a las temperaturas más cálidas de Oakland. En este momento hay tranquilidad en la cervecería, pero la escena está preparada para una noche movida. Mesas de picnic han sido organizadas alrededor del patio para albergar una gran pista de baile. Los bartenders en alerta tranquila, listos para el momento cuando la fiesta torne irrevocablemente de algunos rezagados en el bar hacia un lugar lleno de gente, esperando por sus cervezas. 

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Ese punto es difícil de predecir. Sucede en un instante. En una noche cálida como esta, donde el sol deja largas sombras que se esconden detrás de algunos vasos—pronto serán intercambiados por vasos plásticos—la línea aparece en cuestión de minutos, y crece hasta abrazar el edificio por completo. Como si todos estuviesen en casa, tiran sus maletines en el suelo, y corren hacia la cervecería todos al mismo tiempo.

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No he vuelto a Oakland desde que lo abandoné en 2017, y planeé mi regreso para que coincidiera con un Primer Viernes Queer, el cual a su vez coincide con First Fridays: un festival mensual organizado en todo Oakland que celebra artistas, proveedores locales de comida y, en Temescal, una escena queer única.

No soy queer. me uní al staff de Temescal durante el verano de 2017 cuando, luego de una áspera separación, necesitaba el consuelo de mis amigos del bar para distraerme. En aquel momento, acostumbraban verme llegar al taproom y pedir ayuda a uno de los bartenders para la fila 21 del crucigrama del New York Times, o tomar una pinta entre cargas de lavandería. Pero entré al staff cuando la en aquel momento gerente del bar Theresa Bale planeó el primer Primer Viernes Queer. En aquel entonces, nadie pudo predecir lo que crecería el evento, y todo lo que llegaría a significar. No fue planeado de esa manera, pero se convirtió en la fiesta de baile que la comunidad necesitaba. 

UNA FIESTA DE CUMPLEAÑOS EN ELEVEN

“Primer Viernes Queer comenzó como mi fiesta de cumpleaños,” comenta Theresa Bale, ahora la directora de operaciones y eventos de  Temescal. “Había estado haciendo de DJ discretamente durante algunos años en casa y siempre soñé con lanzar mi propia fiesta queer pensada en lo que me gusta. Usualmente no vibro mucho con todas las fiestas queer usuales apuntadas a la vida nocturna y hombres gay. ” 

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Bale sugiere lo que los eventos queer del área de la bahía representaban en aquel momento: organizados en clubes, tarde en la noche, y ciertamente no centrados en la cerveza artesanal. “Me gusta irme a dormir a medianoche, no salir a esa hora. Me gusta disfrutar y bailar durante el día, no en la oscuridad de un club en la noche,” bromea Bale.

Si bien las fiestas en aquel momento eran homogéneas, estaban comenzando a desaparecer, particularmente cuando los bares gay del área de San Francisco—y de todo el país—comenzaron a clausurar masivamente. En una conversación con Eater en 2018, Zach Stafford, antiguo director en jefe del magazine INTO de Grindr y co-anfitrión del podcast AM2DM de Buzzfeed, dijo que las apps de citas habían reducido la necesidad de ir a bares para conocer gente nueva—y en general, la sociedad se ha vuelto más tolerante de los estilos de vida queer, lo que significa que más de la vida queer se vive fuera en la sociedad general, y ya no está limitada a bares y barrios particulares. Al mismo tiempo, nuevos espacios que tienden a ser más inclusivos han comenzado a surgir, y se esfuerzan por invitar a aquellos que han sido excluidos a lugares más segregados, en particular personas trans y de sexo no binario, junto a gente de color.

El bar estaba repleto. Sam [Gilbert, propietario de Temescal] tuvo que transportar cristalería durante horas. Terminó siendo una de las noches más lucrativas y ocupadas que jamás tuvimos.
— Theresa Bale, Temescal Brewing

QFF es una respuesta a estos factores, aunque haya comenzado pequeño. La primera edición, en Junio de 2017, fue planeada como una manera discreta de parte de Bale para reunir a sus amigos y disfrutar de gran cerveza aún siendo un lugar deliberado para la comunidad queer. “Me imaginé a mí y 20 de mis más cercanos amigos tomando cerveza [Temescal], pinchando discos, bailando y disfrutando una linda noche de verano,” explica Bale. “Excepto que estaba iluminado. La primera fiesta atrajo cientos y cientos de personas, cerca de 500. Tuvimos fila fuera de la puerta durante horas. El bar estaba repleto. Sam [Gilbert, propietario de Temescal] tuvo que transportar cristalería durante horas. Terminó siendo una de las noches más lucrativas y ocupadas que jamás tuvimos.”

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En ese momento. Los Primer Viernes eran lentos en Temescal, el cual había estado abierto por un par de meses. A pesar que el evento es organizado técnicamente en el centro de Oakland, otras partes de la ciudad deciden hacer parte, bloqueando algunas cuadras en cualquier vecindario para colocar mesas para sus residentes y vender comida y cerveza Los negocios pueden depender de algún bache en el tráfico peatonal los Primer Viernes, con toda la demografía—desde familias vagando con niños a veinteañeros preparándose para la noche—representada. Pero aquellas multitudes no estaban asistiendo a Temescal hasta que apareció QFF. 

Luego del primer evento, Bale reflexionó sobre la exitosa, aunque caótica noche. “Una cervecería de Oakland se atestó con las personas queer más geniales tomando cerveza. Adicionalmente, específicamente tocó una fibra dentro del la comunidad de mujeres queer y personas de color. Mi corazón estaba pleno.”

Cuando Bale habla sobre la cristalería, un flash de la noche regresa a mí. Recuerdo ver a Sam recorrer el patio, recogiendo vasos vacíos y nosotros los bartenders debiendo esperar por cristalería limpia antes de servir al próximo lote de clientes del bar. Inmediatamente aprendimos dos cosas: una, necesitamos más vasos, y dos, debemos continuar haciendo esto. 

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“Luego de conversar con Sam sobre aquello,” dice Bale, “Se hizo claro: Queer First Fridays llegó para quedarse.”

BAILAR HASTA EL ALBA

QFF se celebra ahora cada primer viernes del mes, llueva o no. La noche generalmente comienza a las 5 o 6 pm, cuando el primer DJ toma el escenario, listo para su audiencia tempranera: niños. “Usualmente mi amigo y Dj residente en Queer First Fridays DJ Miller, quien inaugura nuestro set regularmente … tiene muchos niños allí en la pista de baile,” dice Bale. 

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La audiencia para el evento e diversa, y evolucionó a través de la noche. “La noche se transforma,” dice Bale, “y sucede de manera tan natural y orgánica. [El] comienzo está comprendido por familias, luego comienza a hacer su transición a gente que salió de su trabajo a gente que lo toma como punto de partida para la noche. Este es el predespacho.” 

Freddie Seipoldt ha estado asistiendo al QFF desde el día uno. “Me enteré de los Queer First Fridays a través de un amigo y compañero de trabajo hace más de un años atrás. He vuelto cada mes desde entonces, así que eso debe darte una idea de lo atraído que me siento por el espacio.”

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Parte de lo que atrajo a Seipoldt fue el lugar, con su espacioso patio y configuración ideal para tomar cerveza. Lo que lo hizo volver, sin embargo fue la gente en la multitud. “Muchos de los espacios que frecuentaba en el pasado eran ciertamente no tan heterogéneos y nunca tocaron realmente la fibra cuando se trata de funcionar como un entorno cálido y amigable,” dicen. “En Queer First Fridays, realmente siento que puedo ir y hablar con cualquier persona. Se ha convertido en una ocasión para mi de invitar a toda la familia queer en mi vida para una noche de diversión y respiro a las semanas de estrés que hemos vivido. El espacio se convirtió de alguna manera en mi base. Un lugar donde podía ir sin ser juzgado. Y en un mundo donde estamos constantemente siendo forzados a actuar, pienso que un espacio como este es único y es algo que merecemos.”

El espacio se convirtió de alguna manera en mi base. Un lugar donde podía ir sin ser juzgado. Y en un mundo donde estamos constantemente siendo forzados a actuar, pienso que un espacio como este es único y es algo que merecemos.
— Freddie Seipoldt, attendee

Cada evento es ligeramente diferente, pero en general está estructurado alrededor de sets de Djs y actuaciones en vivo. La mayoría están encabezados por el anfitrión residente Jocquese Whitfield, conocido como Sir JoQ. Como anfitrión de QFF, Whitfield está a cargo de mantener la fiesta viva. “Sientas las pautas para la fiesta,” dice. “Requiere una gran cantidad de energía.” Frecuentemente es visto frente al stand de DJ, alentando a los asistentes a ponerse de pie y bailar. 

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Como Seipoldt, Whitfield nota que la gente en la pista de baile no son un monolito, o están limitados a un subgrupo específico de la comunidad queer. “Es inclusión en todo nivel,” comenta. Aunque muchos prestan atención a sus llamados a la pista de baile y alentar a los artistas, otros son más propensos a estar tranquilos en alguna esquina, disfrutando la escena desde la distancia—y aún son parte de la imagen más general. 

Otro grupo esencial son los artistas. Aunque se presentan algunos DJs experimentados, la mayoría tiene sus comienzos en este evento, incluyendo a Seipoldt. “Estaba super contento cuando me pidieron presentar alguna de mi música para Queer First Fridays el pasado Mayo, y luego de nuevo en Junio y Octubre,” dicen. “Cada una de esas veces que me presenté fue monumental para mi porque fui capaz de compartir más de mi con un espacio tan importante, y las ansiedades y presión por perfeccionismo fueron mucho más fáciles de manejar sabiendo que estaba haciéndolo para una comunidad amorosa y amable.” 

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Como Seipoldt, Bale usó QFF como un espacio para cultivar su nueva pasión por el DJing. “Más artistas queer están presentándose regularmente y la gente que comenzó como rostros anónimos en la pista de baile ya son frecuentes, me atrevería a decir, amigos,” comenta.

“Es fantástico contar con caras nuevas,” dice Whitfield. “La mayoría de estas [otras] fiestas tienen los mismos DJs. Puedo predecir sus sets de música.”

ESCRITO EN LOS MUROS

En retrospectiva, Kai Villegas, director de operaciones en Temescal, no se sorprende por el éxito de los QFF.

“He estado en la industria de la cerveza de una forma u otra desde 2010 y siempre he sentido que existe un sentido de inequidad en la industria,” comenta. 

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Quizás no es de sorprender, Temescal es hogar de un número de profesionales queer de la cerveza—en cierto sentido es por diseño. “En 2014, tuve la oportunidad de construir una equipo de bar desde cero en el [ahora clausurado] Brewcade, donde originalmente contraté a Theresa, donde entendí que deseaba estar rodeado de más gente ‘como yo,’” dice. Villegas, quien se identifica a si mismo como queer, eventualmente recibió una oportunidad de trabajar en Temescal como el empleado número dos, construyendo tanto el programa del taproom y el equipo del bar, luego la distribución y ventas al mayor, todo desde el inicio.

“Luego eventualmente tuve la oportunidad de hacer lo mismo en Then I eventually got the opportunity to do the same at Temescal Brewing, donde ‘como yo’ se volvió más abierto y tomó un mayor significado, pero esta vez me enfoqué en las dinámicas de equipo más de lo que lo había hecho previamente,” dice. “‘¿Que tan bien trabajaremos como unidad?’ Eso pareció generar un rápido sentido de apoyo, y familia dentro del equipo del bar que considero se mantiene hasta hoy.”

En las comunidades queer se menciona frecuentemente la habilidad de elegir a tu familia; y en muchos sentidos, existieron paralelos allí. Muchos amigos y familia (elegidos y no), y amigos y familia de esos amigos, asistieron esa primera noche para el cumpleaños de Theresa.
— Kai Villegas, Temescal Brewing

QFF nunca se trató de una persona. “En retrospectiva, considero que ese sentimiento de apoyo en el equipo ayudó a construir el momentum inicial del evento,” comenta Villegas. ‘En las comunidades queer se menciona frecuentemente la habilidad de elegir a tu familia; y en muchos sentidos, existieron paralelos allí. Muchos amigos y familia (elegidos y no), y amigos y familia de esos amigos, asistieron esa primera noche para el cumpleaños de Theresa.” 

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Esta íntima dinámica de equipo también explica el porqué fue un éxito desde el comienzo. Se convirtió en un favorito instantáneo de los empleados—clamábamos por esos turnos porque deseábamos ser parte de algo importante, y hecho en casa. “Debido al equipo familiar y solidario desarrollado detrás del bar había mucho respeto, tolerancia y amor en el aire aquella noche junto a todos los invitados, sabiendo que muchos eran amigos o familiares de Theresa y míos,” dice Villegas. “Considero que ese tema aún está vigente en el evento el día de hoy para crear un espacio familiar seguro, de aceptación y divertido.'” 

Ese sentimiento se extendió más allá de la serie de eventos. “Luego de un par de Queer First Fridays noté, ‘Oh, estoy viendo personas queer venir un Martes o Miércoles de noche en una cita y ese tipo de cosas,’” comenta Bale. “Deseas verte representado en lugares a los que vas. Y la gente estaba comenzando a ver eso. En algunas ocasiones requiere solo de un evento. Sólo toma una cosa hacer venir a la gente, hacer un reconocimiento y darnos una oportunidad.”

SIN IMBÉCILES

Temescal dirige las cosas un tanto distinto al resto de la mayoría de cervecerías. Al entrar al taproom, eres bienvenido por paredes rosadas, acentos de contrachapado, y para que no te pierdas el memo, un cartel de neón con el lema de la cervecería: “SIN IMBÉCILES.” 

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“Algunas ocasiones la gente entra y piensa que somos una heladería o una tienda de café,” dice Bale. “Así que como hacemos sentirse cómodos en un espacio en el que ya se sienten incómodos ¿no? Y es allí en donde nuestro estilo único de servicio al cliente sin-imbéciles se hace cargo.” 

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Una de las primeras cosas que notas cuando entras a Temescal es que siempre alguien te da la bienvenida. Si no sabes lo que quieres del menú, el staff del taproom te asistirá de maneras que no te harán sentir como un tonto por hacer preguntas. “No te haremos sentir que no sabes de lo que estás hablando o hacerte sentir que no deberías estar en este lugar porque no entiendes determinado estilo o el significado de algo ¿sabes?” 

Esto es fundamental porque—además de algunas aguas carbonatadas y bebidas para niños (la leche con chocolate es una orden popular los sábados por la tarde)—Temescal sólo sirve cerveza. No hay vinos ni licores. Encontrar maneras de conectar a las personas con lo que hay en las canillas se vuelve crucial. “Mucha gente en la comunidad queer no se siente a salvo ni cómoda explorando la cerveza,” comenta Bale. “No se apunta hacia tí en el mercadeo. Así que se abordó de la siguiente manera: vamos a traerte a nuestro espacio. Vamos a intencionalmente crear un evento para la comunidad queer y con la comunidad queer y abrir tus ojos para que veas lo que tenemos para ofrecer.” 

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En términos generales, las cervezas de Temescal se sienten accesibles—la mayoría son decididamente frescas, suaves y diseñadas con bajo tenor alcohólico. Las cervezas en el menú de hoy muestran nombres alegres como Lawn Flamingo y Cat Nap; lanzamientos anteriores, como Push Pop y Pool Noodle, evocan antojos y nostalgia. Incluído en el menú de latas está Spooky Puppy, una NEIPA elaborada para la competencia anual de pasarela con perros disfrazados. Sus etiquetas muestran a los ganadores del año pasado como Max, un husky disfrazado de El Lobo de Wall Street, o Bongo, un lindo mutt en disfraz de langosta. Estos lanzamientos son acogedores por diseño—debes sentir partes iguales de tontería y risa cuando ordenas una. 

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Hoy, Love is Love, una Hazy IPA elaborada cada año para el Orgullo de Oakland, se sirve en latas durante el baile, así los asistentes pueden tomar una cerveza rápidamente. Cuando Love is Love no está disponible, otra cerveza especial del QFF, Queercation IPA, frecuentemente se agrega a la lista.

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El evento de esta noche se siente tanto eléctrico como maravillosamente ordinario. INo es el típico evento cervecero—el bar no está lleno de hombres de barba dialogando sobre cerveza—pero no hay nada que se sienta fuera de lugar, lo que de alguna manera es el punto. Las personas entusiasmadas se abrazan y retoman conversaciones que dejaron pendientes en el último QFF. ALgunos gravitan lentamente hacia la pista de baile, esperando por otras valientes almas unirse. Grupos de amigos se reúnen alrededor de mesas de picnic, contando historias sobre su día. Mientras el sol comienza a ponerse, y el coraje de la gente comienza a surgir, dos mundos entran al juego. Hay tanto como nada y todo especial en este momento. 

CON INTENCIÓN

En última instancia, dos principios hacen posible a un evento como QFF. Uno es que el trabajo que lleva construir un espacio inclusivo requiere intención, más allá de simplemente invitar a la gente y esperar que asistan.

A pesar de ser una mujer queer, Bale también reconoce que ser blanca y cisgénero significa que debe pedir ayuda a otros. “Soy muy abierta respecto a eso. No puedo crear espacios para gente queer o no binaria de color porque no es lo que soy. Me aseguro de crear estos eventos con personas de esas comunidades. No puedo asumir que conozco lo que cada comunidad necesita.”

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Junto a trabajar con personas de diferentes entornos, Bale y su equipo QFF siempre hace alguna contribución a la caridad en cada evento. “Estamos aquí para divertirnos, pero también estamos acá para recaudar fondos y generar consciencia en nuestra comunidad,” dice Whitfield. En el pasado, QFF ha donado para el Centro de Leyes Transgénero, la Comunidad LGBTQ de Oakland, TurnOut, AIDS/LifeCycle, The Pacific Center for Human Growth, Dare to Strive, y otras organizaciones sin fines de lucro.

Mucha gente en la comunidad queer no se siente a salvo ni cómoda explorando la cerveza, no se apunta hacia tí en el mercadeo. Así que se abordó de la siguiente manera: vamos a traerte a nuestro espacio. Vamos a intencionalmente crear un evento para la comunidad queer y con la comunidad queer y abrir tus ojos para que veas lo que tenemos para ofrecer.
— Theresa Bale

Contribuye que Temescal haya sido diseñada para ser un tipo de espacio distinto, gracias a el trabajo fundacional de  personas como Gilbert, Villegas, y Bale hicieron al principio. “Esto iba a ser un espacio para gente que no tiene un lugar en la cerveza artesanal. Y no sólo es gente queer; es mujeres y gente de color. En el diseño sería un espacio claro que invitase a la gente,” dice Bale. Incluso con esta fuerte intención, Temescal sigue siendo un refugio cervecero—regularmente vende todos los lanzamientos en latas y en poco tiempo se ha establecido como una de las mejores cervecerías del área de la bahía. “Ser inclusivo no limita lo que puedes hacer,” comenta. “De hecho, lo expande ampliamente.”

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Luego está el segundo principio: ser inclusivo no es tan difícil. Requiere sentar valores y pedir consejos a otros que no son como tu—pero una vez lo haces, las cosas comienzan a caer en su lugar. Bale ha sido capaz de llevar QFF a otras cervecerías, de resaltar a Threes Brewing en Brooklyn, Nueva York. “Conocí a alguien cuando estuve de visita una vez y conectamos y estuvimos en contacto. Cada años fabrican una cerveza llamada Gender Neutral for Pride Month y dan una porción de los ingresos generados a una organización sin fines de lucro queer local. Así que en Junio pasado fue nuestro primer destino de Queer First Fridays,” comenta Bal. Ella espera que más cervecerías se acerquen y pregunten como pueden colaborar en un evento similar. 

Por más vivaz y excitante que pueda ser QFF, mucha de su magia más importante se encuentra en momentos de tranquilidad. Bale también busca esos momentos también. “Puedes sentarte en el patio trasero y pedir algo para comer y pasar tiempo con tus amigos—o puedes moverte al frente y bailar en la pista de baile y acercarte al DJ. Todo eso tienes aquí.”

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“Esto no es una escena,” dice un cliente del bar, haciéndolo ver como un cumplido. Es temprano, antes que lleguen las multitudes, y lo han diseñado de esa manera a propósito. Planean escaparse antes de las 8 p.m., me comentan, pero hacer acto de presencia, conectar con amigos y tomar algo luego del trabajo era algo no negociable. “No es un lugar para Instagram. No conozco a la mayoría de esta gente—no es como en el resto de la escena queer donde se siente que estoy en un lugar donde lo hice con todos mis exes.” 

Beben sus cervezas, se ponen cómodos en sus asientos mientras los asistentes comienzan a llenar las otras mesas de picnic. Ya se han desconectado.

Textos, Ashley RodriguezFotos, Lindsey Shea Language

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