Londres es un gran lugar para comer. Uno de los mejores, diría. A pesar del anticuado estereotipo de los Estadounidenses, quienes en su mayoría imaginan la ciudad como una especie de Horror Show Dickensiano de anguilas babosas y pies espeluznantes, alberga una flotilla de excelentes restaurantes, y es capaz de satisfacer cualquier antojo o hambre.
Pero, Cristo—que difícil es encontrar un bagel en esta ciudad.
La gente local tratará de llevarte al Brick Lane Beigel Bake; no les hagas caso. Su única ventaja parece ser que se encuentra abierto en cualquier horario, y tienes que estar ebrio para poder disfrutar de los bagels en cuestión, que son lo suficientemente suaves para responder a las personas sin dientes, rellenos de “carne a la sal,” y aderezados con una mostaza que te enciende los senos paranasales. Cada vez que entro, Me lleno de nostalgia por los bagels pesados que solía comer en tardes de fin de semana en Brooklyn, con resaca, sin un centavo y feliz. La clase de los que chorrea el queso crema cuando los muerdes. La clase que me dejara quitando pedazos de ajo de mis dientes durante horas, después de comerlos.
Cuando me mudé por primera vez a este lugar hace seis años y medio, estos bagels eran una de mis principales obsesiones. La otra eran los tacos (sumado a otros platos mexicanos que no puedo encontrar de este lado del Atlántico). Extraño ir a la fábrica de tortillas en Bushwick y ver como esas pequeñas lunas de masa pasaban de a una por la línea de ensamblaje. Extraño ordenar atole del camión que estacionaba en la 96th y Broadway, y extraño los tacos de palta y jalapeño fritos en Güeros. Acá, los supermercados solo venden Old El Paso, y el único restaurante mexicano en mi barrio era una pesadilla de sombrero kitsch.
Las cosas han mejorado ahora. Desde entonces han abierto algunos restaurantes, y existe un supermercado muy bien abastecido cerca de casa que vende docenas de frascos de moles y tamales caseros congelados. Pero en el interín, Me di cuenta que, si quería comer tinga de pollo, pozole o salsa verde, tendría que hacerlos yo misma. Así que lo hice: caóticamente, carente de autenticidad y llena de sustitutos—feta en lugar de queso fresco, tomatillos enlatados en lugar de frescos—pero lo suficientemente cerca para calmar esos viejos antojos.
Londres parece no adecuarse muy bien al ritual veraniego del taco party; llueve de manera inesperada y raramente está lo suficientemente cálido para sentirte festivo de la manera correcta. Pero un grupo variopinto de diferentes nostálgicos (de los cuales todos han visitado Mexico o Estados Unidos en algún momento, y han vuelto deseando recrear los platos que no podemos tener en casa con facilidad) decidieron hacerlo de todos modos.
Mis amigos Phill y Steph nos prestaron su cocina y parrilla, Zef hizo tortillas, Felicia hábilmente desarmó un ananá completo, Josh hizo tacos de boniato, y nos reunimos todos para la preparación. En un testamento al entusiasmo del grupo, terminamos con un festín de tales proporciones que este artículo debió ser dividido en dos partes. Más abajo encontrarás las recetas para las tortillas caseras, salsas, elotes y tacos vegetarianos de boniato. Mañana, encontrarás más tacos, junto a un postre que te hará levantar la ceja.
No existe taco party sin cerveza—o siquiera sugerir tal cosa!—Así que Josh, quien también se destaca como un homebrewer con premios a cuestas, hizo dos cervezas para la ocasión: una Gose de sandía, generosamente salada y dosificada con Tequila (efectivamente una Margarita sin el aro de sal) y una Gose Michelada, con jugo de tomate, ralladura de limón y salsa picante.
Si no tienes la suerte de tener un amigo cervecero que te provea de algunos barriles, puedes invertir en cualquier Mexican Lager que se haya ganado tu lealtad, o alguna otra Gose frutada, o la cerveza de Sandía de tu elección (Tenía una lata de Hell or High Watermelon de 21st Amendment, a disposición que funcionó perfectamente). Prepara algunas rondas, y no te preocupes con maridajes uno-a-uno de comida y cerveza: va contra el espíritu laissez-faire de un taco party veraniego.
Tortillas de Zef
Para 12 tortillas pequeñas
9 oz (255 g) masa harina
Aproximadamente 1 ½ tazas (350 ml)de agua tibia
1. Coloque la harina en un ból. Agregue el agua, una cucharada a la vez, y mezcle con un cuchillo de manteca. Deje de agregar agua cuando la masa esté lo suficientemente suave para permitirle hacer una bola. Deje descansar bajo una toalla húmeda durante 10 minutos para evitar que se seque.
2. Cuando esté lista para hacer sus tortillas, coloque una sartén antiadherente a fuego medio. Separe un pieza de masa del tamaño de una bola de ping pong y hágala girar entres sus manos hasta que esté uniforme.
3. Cubra su prensa de tacos con una bolsa plástica para prevenir que la masa se adhiera a la superficie. Coloque la masa sobre una de las caras y presione hasta aplanar.
4. Coloque la tortilla directo sobre una de sus palmas abiertas y retire gentilmente el plástico antes de colocar sobre la sartén. Cocine durante aproximadamente 30 segundos de cada lado, usando una espátula para darles vuelta, hasta que la tortilla se abombe un poco y comience a dorarse. Transfiera a un bol o canasta con una toalla limpia y cúbralas para mantenerlas caliente. Repita con el resto de la masa.
Salsa de Chipotle
4–5 tomates perita
1 cebolla blanca, pelado y cortado en gajos
5 dientes de ajo, con piel
2 chiles chipotle en adobo, más la salsa adicional
1 cucharadita de sal marina
1. Setee el gratinador de su horno en alto (grill). Coloque los tomates enteros, gajos de cebolla, y ajo en una asadera cubierta con papel de aluminio.
2. Ase (grille) durante aproximadamente 15–20 minutos. Chequee cada cinco minutos para asegurarse que no se quemen demasiado, y deles vuelta con unas tenazas. Estarán listos cuando estén suaves y comiencen a ponerse negros.
3. Transfiera los tomates y cebollas a un procesador. Remueva la piel de los dientes de ajo y agregue al procesador. Agregue los chiles chipotle y salsa de adobo a gusto junto a una cucharadita de sal.
4. Procese durante algunos minutos hasta que la mezcla se vea homogénea. Pruebe y ajuste el gusto de sal (o adobo).
Salsa Verde
1 ¼ lbs (570g) tomatillos, sin cáscara
5–6 chiles poblano, sin tallos ni semillas, cortados a la mitad
2 chiles jalapeño o serrano, sin tallos ni semillas, cortados a la mitad
1 cebolla blanca, pelada y cortada en gajos
3 dientes de ajo, con piel
1 ramillete grande de cilantro
Jugo de una lima
1 ½ cucharaditas de sal
1. Setee el gratinador de su horno en alto (grill). En una asadera cubierta con papel de aluminio coloque los tomatillos, chiles poblano, jalapeño (o serranos) cebolla y dientes de ajo.
2. Ase (grille) durante 15–20 minutos. Chequee cada cinco minutos para asegurarse que no se quemen demasiado, y deles vuelta con unas tenazas. Estarán listos cuando los tomatillos estén suaves y comiencen a ponerse negros.
3. Remueva del horno. Transfiera los tomatillos y cebolla a un procesador; remueva la piel de los dientes de ajo y agregue. Una vez que estén suficientemente fríos para manejar, pele la piel de los chiles (opcional) y agregue al procesador, junto al cilantro, jugo de lima y sal.
4. Procese durante algunos minutos hasta que la mezcla se vea homogénea. Pruebe y ajuste el gusto de sal.
Cebollas Coloradas Encurtidas
1 cebolla colorada grande
⅓ taza (75 ml) vinagre de sidra de manzana
⅓ taza (75 ml) vinagre de arroz
Poca ¼ taza (50 ml) agua
½ cucharada de azúcar
½ cucharada de sal refinada
2 hojas de laurel, frescas o secas
1 ½ cucharaditas de semillas de pimienta blanca
1 ½ cucharaditas de semillas de comino
1 ½ cucharaditas de orégano mexicano
2 dientes de ajo triturados
1. Pele y corte la cebolla a la mitad, rebane finamente, reserve.
2. Coloque el resto de los ingredientes en una sartén pequeña y lleve a ebullición. Mietnras tanto, coloque las rebanadas de cebolla en un frasco esterilizado con tapa hermética.
3. Tan pronto como la mezcla rompa hervor, remueva del fuego. con cuidado vierta la mezcla de encurtido sobre las cebollas. Deje reposar en la alacena hasta que alcance temperatura ambiente, Luego tape y enfríe durante al menos dos horas, preferiblemente de la noche a la mañana, antes de usar.
Elotes
8 elotes dulces desbullados
½ taza de mayonesa
½ taza de crema agria
1 3.5-oz (100g) queso fresco (o feta), en trozos
Queso cotija rallado fresco (o Parmigiano Reggiano)
Polvo de chile ancho
8 gajos de lima
1. Prepare su parrillera. Encienda una chimenea de carbón; una vez encendida, arregle zonas de fuego directo e indirecto. Cocine los elotes durante 10 minutos a fuego indirecto, dándoles vuelta con frecuencia. Transfiera a fuego directo y cocine durante 4–5 minutos adicionales, o hasta que estén ligeramente quemados.
2. Mientras que los elotes se asan, mezcle la mayonesa y crema agria en un bol. agregue los trozos de queso fresco o feta, y mueva para mezclar.
3. Cuando los elotes estén listos, unte la mayonesa sobre cada uno. Rocíe con queso cotija (o Parmigiano Reggiano) y el polvo de chile. exprima un gajo de lima sobre cada elote antes de comer.
Tacos de Boniato de Josh con salsa de cajú y huevos de codorniz
Para los boniatos:
2 boniatos medianos
1–2 cucharadas de aceite vegetal, más adicional
Para la salsa de cajú (adaptada de Breddos Tacos: The Cookbook):
7oz (200g) castañas de cajú con sal
4 cucharadas de salsa de chipotle
4 cucharadas de agua
Jugo de 1–2 limas, a gusto
Sal marina fina, a gusto (opcional)
Para Servir:
6 huevos de codorniz
Sal marina fina
Tortillas
Salsa de Chipotle
Queso fresco o feta
Cebollas encurtidas (opcional)
2 limas, en cuartos(opcional)
1. Primero, ase los boniatos. Precaliente el horno a 395° Fahrenheit (200° Celsius). Coloque los boniatos enteros sin pelar, pero pinche con un tenedor para ayudar a que evaporen. Transfiera a una asadera cubierta con papel de aluminio y ase durante 40–45 minutos, o hasta que se ablanden. Remueva del horno y deje enfriar hasta que puedan manipularse.
2. Mientras tanto, prepare la salsa de cajús. Agregue las castañas a una sartén seca a fuego medio alto. Cocine durante aproximadamente 2 minutos, o hasta que comiencen a desprender aromas y se doren ligeramente. Transfiera a un procesador de alimentos, junto con el resto de los ingredientes, procese hasta que la salsa tenga una consistencia similar a la de la mostaza rústica. Agregue más jugo de lima o sal de ser necesario. Reserve.
3. Cuando los boniatos estén suficientemente fríos para manipular, remueva la piel y córtelos en piezas de un grosor de ½ a 1 pulgada. Agregue aceite vegetal a la sartén y coloque a fuego medio alto. Agregue los boniatos. Cocine durante aproximadamente 8–10 minutos, dando vuelta regularmente, o hasta que se doren y se hagan ligeramente crocantes de los lados. (De manera alternativa, si la parrilla está lista, cocine durante 3–5 minutos a fuego indirecto hasta que se doren).
4. Transfiera los boniatos a un plato. Retorne la sartén al fuego, y agregue un chorro más de aceite si es necesario. Una vez caliente, rompa los huevos de codorniz en la sartén y sazone con una pizca de sal. Fría durante 2–3 minutos, o hasta que los bordes estén crocantes pero la yema esté aún suave. Remueva del fuego.
5. Para armar los tacos, tome una tortilla caliente y unte un poco de salsa de cajús como capa base. Encima coloque los boniatos y el huevo frito de codorniz. Termine rociando con la salsa de chipotle, queso troceado, cebollas encurtidas y un chorrito de jugo de lima si lo prefiere.