El diccionario oficial de jugadores de SCRABBLE de Merriam-Webster no considera “beerbrella” una palabra, lo que provoca una pregunta existencial: si no puedes usar el nombre de un ítem en Scrabble, ¿puedes patentarlo?
Resulta que si puedes, pero patentar un invento no garantiza que se convertirá en un producto completo, una palabra en Scrabble, o una innovación celebrada. Tampoco asegura que la idea no será ridiculizada en las décadas por venir. Muestra A: Patente No. 6,637,447 B2.
La Beerbrella (un paraguas miniatura diseñado para cubrir una botella de cerveza, como su nombre sugiere) no es exactamente un invento. Robert Bell recuerda haber estado sentado frente a una piscina un día en el año 2001 con dos amigos—Mason McMullin y Mark See—cuando notaron que sus cervezas se estaban calentando bajo el sol. McMullin dijo que les vendría bien un poco de sombra.
"Te refieres a algo como un pequeño paraguas?" preguntó Bell.
"Si!."
"como una BEERBRELLA?" Bell preguntó de nuevo.
See ensambló rápidamente un prototipo ad hoc con cinta para ductos, alambre de perchas, y un paraguas de cóctel. Bell, un abogado de patentes ahora retirado, consiguió un dibujante con quien creó los bocetos necesarios, y aplicó para una patente que terminó en 2003. “Pienso que sería útil como instrumento de enseñanza,” Bell escribió vía email.
La Beerbrella nunca se creó para que fuese algo serio. “La introduje como una broma,” escribe. “Quería ser capaz de usar la patente (y la historia de su consecución) como una manera para ilustrar a los clientes, como funciona el proceso, como organizas una aplicación, cuales son su partes, y todo lo que sigue. No podría haber hecho esto con las patentes de mis clientes, ya que cualquier comentario que hubiese hecho en su respecto o demandas hubiese afectado la validez de la patente en el futuro (si se litigasen, mis comentarios hubiesen podido ser usados en mi contra en una declaración, por ejemplo).”
Bell recibió muchas consultas sobre la Beerbella, algunas de emprendedores quienes se interesaron en su fabricación. Ninguno lo hizo. La patente desde entonces expiró, y los conceptos son ahora de dominio público.
La historia de los derechos de patente se remontan a la antigua Grecia, y los sistemas modernos de patente han estado funcionando durante los últimos cinco siglos. Las patentes relacionadas con la cerveza . poseen una historia que es casi tan antigua. La oficina de patentes de Londres abrió en 1617, y la primera patente de cervecería se registró en 1634, estaba relacionada con el uso eficiente de combustibles. Patentes relacionadas al proceso similares le siguieron poco después, de acuerdo con Ian Hornsey en su libro de 2003, A History of Beer and Brewing.
Dicho esto, estas primeras patentes no son necesariamente una buena manera de medir los avances en el rubro de la cervecería. En 2015, los economistas Alessandro Nuvolari y James Sumner estudiaron patentes que datan desde 1634 hasta 1850: un período durante el cual la innovación ayudó a conducir la expansión de la industria cervecera británica. Aún así, en su estudio encontraron que las patentes relacionadas con cerveza significaron menos del 1% de todas las patentes otorgadas.
No contribuyó que en el período en cuestión, esas solicitudes de patentes eran percibidas como charlatanes más que inventores serios. Era más probable que los inventores mantuvieran sus creaciones en secreto dentro de sus firmas o gremios, para luego publicarlas en orden de mejorar el estatus de sus cervecerías, o promoverlas y ganar contratos de consultoría en ingeniería (algunos inventores, como el químico Humphrey Jackson, incluso vendieron libros con muchos detalles técnicos con espacios en blanco, para luego ser cobrados en lecturas en las que eran develados).
Del otro lado del charco, millones de patentes fueron otorgadas desde que el congreso aprobó la Ley de Patentes de 1790 (En sus inicios, se requería que los inventores enviaran modelos miniatura de como funcionaban sus creaciones, pero albergar todas las muestras de modelos se volvió inviable). La ley americana de patentes otorga patentes de derechos a invenciones que son novedosas, no obvias, y útiles. Hoy, Google facilita la búsqueda de patentes relacionadas con cerveza, y Jay Brooks lo ha hecho aún más fácil al publicar cientos de ellas en el Brookston Beer Bulletin.
Leer estas patentes puede resultar más divertido que algo de utilidad. Ocasionalmente, como en el caso del Cryo Hops con patente pendiente de Yakima Chief Hops (un producto que concentra alfa-ácidos y aceites esenciales), las patentes de cerveza representan realmente algo innovador, sucediendo en tiempo real. Pero típicamente, el impacto histórico de ciertas invenciones solo se convierten en obvias luego de que las patentes han expirado, por lo que las patentes por si mismas funcionan como guías en un sendero.
Lo que Louis Pasteur enseñó a los cerveceros revolucionó a la cerveza. Fue un agente de cambio, aunque sus patentes no lo fueron. El llamó a la US Patent No. 135,245—una invención diseñada para eliminar la exposición del mosto al aire atmosférico —“Una mejora para la cerveza y las Ale,” el mismo título que dió Thomas Behan a la No. 868 en 1838. En 1938, Science magazine reportó que la No. 135,245 y una patente similar “nunca fueron asignadas, y no existen registros de que algo hayn sido hecho con ellas. Es muy probable que no se haya hecho ningún intento por comercializar estas invenciones.”
De manera frecuente, las patentes reflejan la manera como el proceso de creación y venta de un producto cambia mientras evoluciona de utilitario a comercial. Muy pocas llegarán a ser más que un pedazo de papel; apenas una de 20 patentes otorgadas terminarán convirtiéndose en un producto. Las patentes que los consumidores recuerdan y de las cuales hablan son las mas “disparatadas” relacionadas con el mercadeo de la cerveza, como la Beerbrella, los anteojos porta latas, y dispensadores de cerveza dentro de una máscara de hockey.
“De los cientos de patentes que he escrito a través de los años, [la Beerbrella] es la más mencionada (y algunas de esas otras le hicieron valer millones a sus propietarios también!),” escribe Bell. “En adición a los sitios que veo en Google, se mencionó en las Reader's Digest, Smithsonian, y Newsweek, creo, e incluso fui llamado por la gente de Conan O'Brien, quienes querían usarla como parte de ‘número’ en el show. Tristemente, no tenía una muestra del producto o prototipo para enviarles. Desperdicié mis 15 minutos de fama!”
William Painter, un miembro del salón de la fama Nacional de Inventores, suppo cuando alentar a sus hijos a seguir sus pasos y cuando sugerir un descanso. Luego de que su hija Ethel, le presentara lo que creía ser un diseño mejorado de trampa para ratones, el le explicó lo costoso y complicado que sería realizarlo y que era mejor dejar escapar al ratón.
Muchas de las 85 patentes de Painter fue para dispositivos complejos, como bombas y válvulas, o un detector de monedas falsas. Pero fue uno en apariencia mucho más simple, la tapa de botella, lo que hizo a Crown Holdings una compañía de la Fortune 500. Para el momento en el que el gobierno expidió la “tapa corona” en 1892, Painter había diseñado una máquina para aplicar las tapas.
En el final de la edición 2017 de la serie de televisión Halt and Catch Fire, Joe MacMillan dice, “Las computadoras no son lo último. Son lo que nos permite llegar a lo último.” Una diversidad de invenciones en la última mitad del siglo 19 que no fueron diseñadas específicamente para la fabricación de cerveza cambió tanto a la cerveza como a la cultura de su consumo. Refrigeración asequible, el descubrimiento de la pasteurización, y máquinas embotelladoras (que usan tapas poco costosas y desechables) estuvieron entre los avances clave que permitió a las grandes cervecerías enviar su producto a un mercado más amplio.
En su historia sobre la empresa Pabst Brewing Company, el historiador económico Thomas Cochran hace mención a la introducción del envasado a gran escala con propósitos de exportación puede haber sido un desarrollo crucial para para la industria de la cerveza. En Beer History (Número 157), Martin Stack explica que la cerveza en botella contenía cinco elementos atractivos para las cervecerías: 1) Les permitía reducir su dependencia de los bares; 2) Podía ser enviada de manera expedita a condados y estados sin fábricas ; 3) Ayudaba a la construcción de la lealtad hacia la marca; 4) Podía ser dirigida directamente a consumidores de clase media con mayor poder adquisitivo; y 5) Ofrecía márgenes de utilidad más elevados.
En retrospectiva, podemos ver que las cervecerías que conquistaron el mercado americano durante el siglo 20 se establecieron previo a la Prohibición. Sin embargo, escribe Stack, eran los productores locales quienes dominaban el mercado pre-Prohibición, con entre el 85–95% de todas las ventas de cerveza. La velocidad con la que las cervecerías se tornaron a la fabricación de lagers con adjuntos—un proceso promovido por (aunque nunca patentado) por Anton Schwarz en los 1860’, y practicado casi universalmente por todas las cervecerías americanas en las próximas tres décadas—fue sorprendente, pero no todos los cambios llegaron así de rápido.
En 1878, dos cultivadores diferentes de lúpulo de Nueva York aplicaron patentes de máquinas de recolección, pero sería 30 años antes de que la primera máquina cosechadora fuese puesta en uso. Durante siglos antes, y durante décadas después en algunas regiones, los lúpulos eran cosechados a mano.
La cosecha a mano era un labor intensa e ineficiente, pero los las cosechadoras mecánicas modernas—la cual separa primero las flores de los tallos antes que una serie de cintas transportadoras y ventiladores separen las hojas de los conos —han cambiado significativamente las matemáticas de la cosecha. Hace unos años atrás, Jason Perrault, CEO de Yakima Chief Ranches, miró los números: en la década de 1920, tomaba 100 personas en la granja de su bisabuelo 30 días para cosechar 30 acres de lúpulo, o 7.7 personas por acre. En los 1960, 80 trabajadores necesitaban 30 días ´para cosechar 150 acres, o 0.5 personas por día. Para 2012, 40 personas cosechaban 750 acres en 30 días, o 0.05 personas por acre.
Con suficiente tiempo es posible saber cuales son las invenciones trascendentes. En 1893, en San Francisco, Constant Harth fue en busca de una patente para “Dispositivos de mejora para servir Steam-Beer.” Harth explicó el problema con “la canilla de estilo antiguo y uso general es que el tapón del barril debe ser aflojado en orden de liberar la presión excedente, haciendo que la cerveza sea servida con poco gas disuelto, y en el servicio de la cerveza mucha espuma pasa por la línea y llega hasta el vaso. Por lo tanto la Steam beer es servida con una apariencia turbia, poco gas y sabor a levadura.” En su lugar, con la nueva canilla, “un experto no podría distinguir una steam beer…de la mejor lager en el mercado.”
Su alegación no se sostuvo. Cuando cinco cervecerías steam se consolidaron en una en 1910, alegaron problemas en las líneas de servicio como causal de disminución de sus ventas. “Una investigación concluyó que el problema estaba en los bartenders,” de acuerdo a un diario. “No les gustaba servir steam. Toma más tiempo y es más complicado.” La cerveza que Fritz Maytag hizo resurgir en la década de 1960 estaba cerca de la extinción antes de la llegada de la Prohibición, y ninguna invención iba a salvarla.
No es de sorprender que, William Painter—el hombre detrás de la tapa corona—también inventó un destapador básico. Aunque podría parecer que desarrollar un mejor destapador no sería muy diferente de crear una trampa de ratones mejorada, muchas variaciones de este ítem han seguido desde entonces, demostrando el lado tonto del juego de las patentes.
Algunos destapadores fueron diseñados para ser multipropósito. Al comienzo del siglo 20, en ocasiones mostraban agujeros Prest-O-Lite, y conductores los usaban para encender sus faros de acetileno antes de que las eléctricas se convirtieran en algo común. Ejemplos más recientes incluyen un destapador en forma de tortuga y separador de cervezas diseñado para crear un black and tan; un híbrido entre reloj pulsera y destapador; y sandalias con destapador incorporado en la suela. Productos similares han fracasado en despegar incluyendo un 3 en 1 hebilla de cinturón, destapador y abrelatas, así como el guante destapador.
Muchos dispositivos han sido creados tanto para impulsar las ventas como para entrar al lado divertido de la cerveza. Como por ejemplo el casco-lata de cerveza. Aunque existe infinidad de videos de YouTube ofreciendo instrucciones para usar este aparato manos libres, Brian Miesieski, quien antiguamente dirigía un grupo de mercadeo para las marcas canadienses de AB InBev, reconoció la popularidad y potencial de la idea.
“Los hombres aman la cerveza. Los hombres aman los gadgets. Los hombres aman los gadgets de cerveza,” comenta.
En 2004, su grupo diseñó una serie de ítems para punto-de-venta para Labatt Blue. Seis de las ocho patentes que Labatt reclamó, fueron para dispensadores de cerveza, cuatro de ellas incorporadas a cascos deportivos o máscaras de hockey. Piensa en PEZ, pero más grande. “Nos generan un montón de prensa,” dice Miesieski. “Generan buen ruido.” En un comercial que muestra al icónico Oso de Labatt Blue, una pareja está sentada en un restaurante. Le entrega al oso una caja que contiene un lazo decorado con hojas de arce, y el le entrega el dispensador lleno de latas de cerveza sobre la mesa y ella la abre. Un cliente sentado detrás de su mesa le habla a la audiencia: “Increíble.”
Probablemente la patente más extraña para Labatt es una combinación de silla y dispensador, la cual se entiende mejor al ser vista. “Queríamos ser dueños del concepto,” Miesieski comenta, explicando el por qué Labatt busca estas patentes. “Para ser capaces de seguir influenciando a través de promociones al por menor. Pensamos que merecían ser protegidas.”
La mayoría de las solicitudes de patente—incluso para los productos más peculiares—las hace aburridas. Pero la solicitud de Bruce Riggs para unas gafas de fiesta fabricadas con latas de cerveza ciertamente no es aburrida. Suena más como una publicidad que un documento gubernamental.
“Puesto de manera simple, las gafas de fiesta son la personificación literal de las míticas gafas cerveceras ‘usadas’ por tantos adultos ebrios en noches de fin de semana a lo largo de todo el país, y por lo tanto, en todo el mundo,” comienza, y nunca se detiene.
En un artículo del Philadelphia Inquirer en 2011 sobre los gadgets cerveceros ridículos, Don Russell preguntó a Riggs, quien trabaja para una compañía de gas en California, si había estado bebiendo cerveza cuando surgió esta idea de las gafas. "Probablemente," respondió. "Es difícil decirlo." El invento no produjo fama ni fortuna. Riggs contó a Russell que por un breve lapso de tiempo tuvo un contrato con una gran compañía cervecera para producir gafas a partir de sus latas, pero fracasó.
Ellos no deben haber apreciado su mensaje. “Las gafas de fiesta presentan un número de distintos beneficios y ventajas,” escribe. “Principalmente, simplemente usando las gafas permite al usuario resucitar lo que sería una fiesta sin vida de las vísceras de la mediocridad, o le dal al usuario el poder de convertir una fiesta promedio en una excepcional. Cuántas veces no hemos estado atrapados en una apestosa celebración, aislados en una esquina con el piso sucio de cerveza en una habitación llena de gente, bebiendo de manera incómoda una cerveza sin gas con la esperanza de que alguien diga o haga algo interesante, algo memorable. Es esto específicamente lo que las gafas proveen, una noche divertida y memorable junto a amigos.”
Los innovadores continuarán imaginando maneras de redefinir la cerveza, la manera como es vendida, y hasta disfrutada. Las patentes ofrecen una mirada bajo el capó.Como las mencionadas gafas, proveen un lente a través del cual ver la larga y compleja historia de la cerveza. También, como con estas gafas, la vista que ofrecen podrá no ser perfecta—porque, después de todo, involucra cerveza.