“¿Te interesa una Teeter para el desayuno?” pregunta Sean “Peppy” Meyer, granjero de Jester King Brewery mientras se pasea bajo la luz del sol de media mañana. Por “Teeter,” se refiere a Le Petit Prince, la afamada Farmhouse Table Beer de la cervecería: un lujo oportuno a cualquier hora del día y, como pronto descubriremos, un brebaje útil para calmar los nervios de una cabra ansiosa. La oferta de Meyer llega al comienzo de una jornada intensa de colocar barreras temporales, enseñando y entrenando a su aprendiz para el verano, mientras cuida a su rebaño.
Meyer se encuentra en una situación peculiar en Jester King, particularmente mientras la cervecería se mueve hacia un innovador sistema de ciclo cerrado. Su propiedad se posa en el Hill Country, justo al oeste de Austin, Texas. La mayoría de sus tierras fueron adquiridas recientemente, no solo para prevenir que sean convertidas en complejos habitacionales, sino también para cultivar productos e ingredientes para la cervecería, su restaurante y la comunidad aledaña. Meyer tomó el trabajo de granjero a principios de 2018, y ya ha dejado una impresión perdurable sobre la tierra—y en visitantes como yo.
Inicialmente, Meyer tiene una energía que puede dejarte agotado si no has pasado mucho tiempo con el. Su cabello rubio y rizado, largo en la parte superior y afeitado en los costados, le da ese look de saqueador noruego de épocas pasadas. Usualmente vestido con camisas de botones perlados y overalls, habla con un acento y sonido rápido, y no esconde sus ambiciones.
En una vida pasada, trabajó en relaciones públicas y en mercadeo en Virginia, pero en busca de una vida más iluminada, eventualmente se encontró en Austin. Allí, era la fuerza motriz detrás de la granja urbana Get Well Farms, que fue concebida en principio para proveer alimentos a la comunidad local, pero luego gravitó hacia la educación agrícola. Eventualmente, un patrocinio con Jester King colocó a la cervecería en el radar de Peppy, y poco después, se había expandido de un pequeño terreno en el noroeste de Austin a casi 200 acres en Hill Country.
Desde entonces, gracias a una de las mejores herramientas del marketing mundial—la adorabilidad—Las labores campestres de Meyer, y particularmente las cabras, se convirtieron en una atracción en la cervecería. ¿Acaso es un viaje a Jester King sin postear en instagram su rebaño biungulado? Pero hay mucho más que desea que conozcas sobre la tierra de Jester King, más allá de las lanudas celebridades de las redes sociales.
Acá, Meyer es el protector de la tierra, y por tanto, se inclina a eructar en bolas de fuego de proselitismo ecológico. “A la mierda tu jardín,” podría exclamar durante una conversación. Sus esfuerzos por re-educar a los visitantes usualmente son algo bruscos, pero no puede desaprovechar la oportunidad, y está siempre dispuesto a difundir el mensaje de retornar el equilibrio al ecosistema local. Parte de su trabajo en Jester King es re-energizar la tierra, para que los pastos de pradera y especies nativas puedan prosperar de nuevo.
“¿El cultivo más irrigado en los Estados Unidos —Maíz? Soya? Los jardines,” continúa. Antes de darte cuenta, una tarde de beber junto a cabras a la luz del sol, puede convertirse en un discurso para que arranques tu jardín y comiences de nuevo. Peppy puede ver y comprender los obstáculos sociales que significa convencer a tu asociación de propietarios que cultivar pastos de 1.20m de alto en tu patio frontal es mejor para el valor del planeta a largo plazo, pero anhela ese cambio de perspectiva.
“Cambiar puntos de vista, en contraste a cambiar la ecología, es mucho más simple. Podemos lograrlo en cinco años,” comenta. Y piensa que la industria cervecera es uno de los vehículos más importantes para re-educar a esos consumidores y lograr estos objetivos. “Si tu comunidad es importante para ti, me gustaría ver junto a tu Pattinson y los libros Water, Malt, Yeast, y Hops me gustaría ver a Wendell Berry [en tu biblioteca]. [El] defiende que el único futuro para Estados Unidos es el enfoque en las ciudades pequeñas.” Microcervecerías en cada pueblo, según la mirada de Meyer, podría proveer un terreno para la educación cultural y agrocultural de la comunidad.
Nuestros vasos de Petit Prince se han vaciado a este punto, y hay trabajo por hacer. Se nos une Vee, una residente de Connecticut y profesora que ha estado trabajando junto a Meyer este verano. Ella ha aprendido sobre gestión de la tierra y espera tener un rebaño propio algún día, en la propiedad de su familia cerca de Dripping Springs. Una de las cabras ha estado enferma con una infección, la cual Vee aprenderá como tratar. Les ahorraré los espantosos detalles, pero el tratamiento de hoy incluye una inyección en un sitio realmente incómodo. Tomamos otra botella de Teeter, para nosotros y la cabra, y comenzamos el paseo al granero.
Mientras caminamos, señales del futuro agrícola de Jester King se hacen visibles—Planta de lúpulo variedad Neomexicanus se deslizan hacia arriba sobre líneas de soga a través de la caminería, flores silvestres crecen en abundancia como parte del rejuvenecimiento de la tierra, y más allá, se cultivan uvas para su eventual uso en cervezas y vinos. Llegamos al establo de las cabras y somos bienvenidos por Sasha: La afable cachorra de Meyer, y la autoproclamada protectora de cabezazos de cabra. Ella está ansiosa por comer algo sin ser molestada ya que una de las cabras, la matriarca del rebaño, llamada Luna, ha estado comiendo su alimento. Luego de que Meyer tenga la conversación “No estoy enojado, más bien decepcionado” con Luna, que parece entender, nos colocamos manos a la obra.
Debo acotar algo: estas cabras responden a la presencia de Meyer de una manera absolutamente asombrosa. No es una relación alfa/beta de dominación; es afecto mutuo y codependencia. Esto puede parecer una inferencia exagerada, pero si te detienes a mirar como se mueve con su rebaño, lo entenderás.
Parada en la jaula mientras Vee prepara la jeringa, la ansiedad se siente como aquellas primeras visitas al dentista siendo un niño. Desafortunadamente, mi dentista, no tenía una cerveza Farmhouse seca y floral para calmar mi ansiedad. Algunos tragos de Teeter y algunas palabras tranquilizadoras de Peppy y la cabra está más lista que nunca. Vee ágilmente inyecta la medicina y sin mucha complicación, nuestra paciente regresa a morder y comer pasto. (Si tienes alguna otra pregunta sobre la viabilidad y seguridad de una cabra tomando cerveza, te remitiré al Alcalde de Terlingua, Texas, un líder magnánimo y otra cabra tomadora de cerveza.)
Con esa tarea tachada de la lista, tenemos campo que limpiar. Por suerte no hay necesidad de que hagamos ese extenuante trabajo nosotros—tenemos un rebaño de amigos expertos para darnos una mano. Una barda temporal rodea una sección de terreno para el cultivo de productos estacionales (próximamente zapallo, eventualmente calabazas). Desde la última cosecha, ha sido invadida de flores salvajes y otras plantas. Las cabras siguen el paso de Meyer, y con un poco de aliento por parte de Vee desde la retaguardia, pastan en este bufé cercado. Acá estarán durante algunas horas, lo que nos permite un momento para descansar a la sombra.
De vuelta a la mesa de picnic situada bajo un candelabro colgado de un árbol, conversamos a profundidad. Sentado en la mesa frente a Meyer, puedes ver dos caras del hombre: el evangelista frenético que desea tratar mejor nuestras tierras, y el tipo que mejor desearía estar introduciendo doom metal en sus huesos en Sleep show. Él quiere que seas fuerte: “En función de alentarte a hacerte más saludable, haz que te golpeen en la cara” es la explicación que da al entrenamiento en lucha del que forma parte, en función de evitar lesiones en la granja. Pero realmente en el corazón de todo, desea que crees conciencia—¿Cómo puedes aventurarte, cerveza en mano, a dejar este planeta en mejor estado?
Para Meyer, algo como esto: en 10 años, él espera ver tres o cuatro bisontes derribando enebros en las tierras de Jester King, y, si el zoológico permite y el seguro funciona, algunos lobos rojos teniendo crías para ser reintroducidos en terrenos ahora sobrepoblados con ciervos y coyotes. Los pastos naturales retornarás y prosperarán junto a viñedos en una parte de la propiedad, y un jardín mercado servirá al restaurante y comunidad local. Él entiende la posición única que ofrece Jester King. “Es un par de pasos de separación entre, uhh, lobos y cerveza,” se ríe mientras explica el plan. Pero también sabe que, sin la cerveza, no estaría aquí en absoluto.
Quizás haya otros granjeros que podrían hacer lo que Peppy hace acá, pero no puedo imaginar a alguien más conectando de manera más profunda al entorno único que ofrece Jester King provides. La mayoría no hubiese podido dormir en el establo de las cabras durante un tiempo. O preparar un área de entrenamiento físico entre los árboles cansados en una de las laderas de la propiedad. O usar la exuberancia del consumidor de cerveza a su favor para difundir el mensaje de rejuvenecimiento ecológico. Luego de un largo día, él encuentra el placer simple de correr junto a las cabras y tomar una Teeter mientras pastan y el sol se oculta. “Es la razón por la que terminé acá,” comenta. “Es trabajo duro y espero que mientras esté acá, pueda servir bien al reino.”